mi primera experiencia como diseñadora freelance que (oh, sorpresa) salió fatal y me tomaron por imbécil. Me gustaría poder enfocar esto como pequeñas “lecciones” que he ido aprendiendo a base de tomarme el pelo y sentirme inútil para que, al menos, mi experiencia pueda servirte a ti para que no te la jueguen como a mí, y, además, poder hablar de ello y que no nos dé vergüenza, porque no todo nos sale perfecto ni el camino a los objetivos está libre de obstáculos. ¡Vamos allá!
LAS OPORTUNIDADES DE TU VIDA NO TE LAS TRAE NADIE POR LINKEDIN
Antes de nada, déjame avisarte de que: Linkedin es oscuro y alberga horrores. Nos remontamos al verano de 2015, a mis 22 años, cuando comenzó toda esta experiencia de mierda (no veo por qué no llamarlo como lo que es), estando yo de vacaciones. Ese mes de septiembre empezaba 3º de la carrera y yo no quería esperar a terminar para poder empezar a generar mi propio sueldo. Así que por aquellos entonces yo ya tenía perfil en Behance, Doméstika, la página en Facebook con LLLU, tenía mi primera web hipersencilla con algunos trabajos académicos y otros logos de primeros clientes ya en lllu.es y mi perfil en Linkedin relleno con mi formación académica y poca cosa más. Lo que viene siendo empezar a “sacar cabeza” y que te empiecen a conocer como diseñadora. Me llegó el siguiente email y claro, ahora que lo vuelvo a analizar y ya han pasado casi 4 años pues lo veo más claro… pero a mi me pareció eso: la oportunidad de mi vida, por fin, para comenzar a ser diseñadora freelance “de verdad” y ganar dinero con ello. El remitente en cuestión (que ahora obviamente tengo bloqueado por todos sitios) era un supuesto deportista en condiciones extremas o algo así (nunca llegué a entender qué hacía exactamente) y llevaba otras tantas iniciativas a cada cual más extraña y con menos relación entre si. Sus iniciales son QN, y me dirigiré a él así a partir de ahora. Hagamos una “análisis sintáctico de una propuesta para que trabajes gratis a cambio de nada”.
- Tenemos un email que empieza hablándote en primera persona (aunque escribiendo mal el nombre), que luego va variando a un tono en plural, lo cual denota que es un email “copia y pega” enviado a saber a cuantos otros profesionales.
- Hablando en plural, cómo no, para que parezca que es un super equipo.
- El uso de “partner” (compañero) es sinónimo de “quiero que me apañes lo que necesito, no de contratar tus servicios como profesional”.
- Crear “alianzas“, que no crear un equipo profesional de freelances. Este uso de la retórica es justo para colarte la trampa sin que te des cuenta.
- Autobombo máximo, parece el Dios del patrocinio por grandes marcas.
- Cómo no, te invita a contarte por email o por teléfono, para colarte mejor el tema.
Cagada número 1: caer
Yo estaba estudiando a mitad de la carrera y me venía genial poder empezar a trabajar ya y ganar dinero (como es obvio). Cuando hablé con él, verdaderamente la propuesta parecía tener sentido y yo no cabía en mí de felicidad de ver una oportunidad así. El problema era el siguiente:

- Tenía que pasar una “prueba” y diseñar las 5 marcas con sus correspondientes dossieres por 2500€ que me pagaría al realizarlas, tras esos dos meses de prueba realizando esos encargos. (Madre mía, no ver el fallo de esto antes…)
- Tras ello, ya mensualmente vería esa cantidad y bla bla.
- Por supuesto, había que contestar rápido porque, ui, ¡se lo quitaban de las manos!
- Recordando, por supuesto, que era una gran oportunidad y se iba a ver por todo el mundo.
Cagada número 2: no analizar el famoso “contrato” con un abogado ni con mis padres
Me mandó un contrato donde todo parecía súper formal y estipulaba lo que tendríamos que hacer esos dos meses, cuando y cuanto me pagaría tras eso, cuanto pagaría los otros siguientes meses y, por supuesto, máxima confidencialidad y máximo compromiso en cumplir plazos y calidades. Como yo iba toda confiada en que esto “era lo que había” en el mundo del diseño, le planté mi firma a ese documento de Word y no pensé en qué estaba haciendo realmente, yo quería ponerme a diseñar ya y demostrar lo que podía hacer.Mi más sincero consejo: nunca te confíes, trata todo lo que tenga que ver con contratos y condiciones con alguien que sepa y nunca subestimes a tus padres o gente mayor que tú. Tu puedes creer saber mucho de tu profesión pero ellos sabrán muchas más cosas de las que careces, si no por madurez, por más experiencia.
Cagada número 3: trabajar esos dos meses en esas marcas
Ahí iba yo, marchando hacía mi primera experiencia de hacer el imbécil y contenta y feliz sin ver lo que se me venía encima. Me compré una súper agenda de Mr Wonderful donde organizarme todo: trabajo y estudios. En agosto comenzaba a diseñar las marcas y tenía también septiembre para terminarlas y realizar los dossieres y organizarme con los primeros trabajos de la carrera. En octubre, por fin, debería de ver mis ansiados 2500€. Por supuesto yo, inútil de mí, no le había preguntado absolutamente nada de mis condiciones por miedo a parecer impertinente. Solo sabía qué:- Tenía que sacar adelante esos trabajos.
- Demostrar que era buena para que quisiese seguir trabajando conmigo esos 3 años.
- En octubre me pagaría esos 2 meses de trabajo.
- Sobre si me iba a contratar.
- Si, por el contrario, me tendría que hacer autónoma.
- Si tendría algún tipo de horario que cumplir.
- Si esos importes eran con IVA o en bruto, según cada caso.
¿Por qué? ¿Por qué leches tenemos siempre ese miedo a preguntar? ¡Estás en todo tu derecho y es lo lógico! Trabajamos por dinero, es así, trabajas por dinero porque te hace falta dinero para vivir, es así de simple. Mi más sincero consejo número 2: pregunta siempre antes de comprometerte y hacer nada, por favor, porque además, en las siguientes experiencias tras este primer artículo, seguí metiendo la pata con lo mismo y sé de lo que te hablo (bueno, te escribo, tu me entiendes).
Cagada número 4: tener un clienjefe
Este rol de “clienjefe”, para mi, que tras esto caí en otra cosa similar, es la mayor trampa que hay: tienes a alguien que no tiene criterio de diseño ni de marketing diciéndote cómo debes diseñar y qué hacer porque además es tu cliente final y claro “él sabe lo que necesita”: esto aquí, esto más para allá, esto de este color, métele más diseño aquí, tiene que impactar.Cuando alguien abusa de la palabra “impacto” es que realmente no sabe qué debe de comunicar la pieza visual que quiere, que sensación, concepto, actividad o servicio. Si para colmo de males, como diseñador/a, no te escuchan y no hacen caso a tus consejos, imagínate los resultados. Además, tienes un briefing hecho por él mismo en el que tu no puedes intervenir o preguntar más información, etc. Es lo que hay un tu solo tienes que preocuparte de diseñar (se supone). Mi más sincero consejo número 3: ni gastes tiempo y energías en algo que no te va a ser productivo, si algo ves claro que va para mal, no sigas. Es preferible no hacer un trabajo defectuoso que hacerlo y que ya eso hable de ti y tu labor como profesional para siempre.Esos dos meses fueron muy turbios. Yo pasé de tener claro qué hacer en cada marca según los briefing a no saber absolutamente qué narices estaba haciendo, cuál era el objetivo y probando cosas por si sonaba la campana y me decía “ok, vamos a por la siguiente”. Llegué a cumplir con 4 de las marcas hasta que a finales de septiembre fue el “¡boom!”. Tuvimos una ristra de emails al más puro estilo telenovela colombiana, y, por supuesto, no me pagó y yo fui tan lista de ir pasándole todas las cosas por Dropbox. Es decir, él ya tenía todo el material por el que no había pagado y yo no tenía un duro y ni garantías de tenerlo porque el contrato no tenía validez porque si pretendía ser un “Contrato de Colaboración” primero yo tendría que ser autónoma y recoger una serie de cláusulas obligatorias que no traía. Lo más gracioso es que él me quiso colar que la intención era pagarme “cuando esas marcas generasen beneficios”. Sinónimo de “nunca”. ¿Cómo controlas tu qué beneficios genera un tercero con algo? ¿Qué garantías tienes de nada sin un asesor, gestor o abogado de por medio?

CONCLUSIONES DE ESTA EXPERIENCIA
- Me di de cara con personas que buscan que alguien les haga gratis el trabajo que ellos necesitan a su vez para ganar un dinero.
- Me di de cara también con mi propia sobreestimada experiencia y capacidad de analizar lo que me proponen.
- Me di de cara con mi arrogancia al pensar que yo sabía de qué iba el tema y no consultarlo con nadie pensando que ellos no van a saber del tema.
- Siempre hay que tener claro que: o tu eres autónomo/a y tienes clientes o estás contratado por cuenta ajena y tienes jefes, pero las dos cosas mezcladas no.
- Debes investigar siempre sobre quien venga a hacer una propuesta de “colaboración” porque a veces hay gente que ha caído en la trampa antes que tu. Haz una buena búsqueda en Google, te puedes llevar sorpresas. Obviamente yo esto lo hice tras el disgusto, de ahí ser doblemente pringada. En este caso, parece ser que este señor mentía supuestamente en todos sus famosos logros de carreras por la montaña en menos tiempo, superando retos de otros deportistas, etc. Para más info, puedes buscar “Caso Steelman” y sacar tus propias conclusiones. A mi por lo pronto me había estafado en mi trabajo, así que, todo encajaba.
¡Hasta aquí el artículo! Espero que te haya sido de utilidad que te haya contado esta experiencia, y, si aún estás a tiempo, puedas estar alerta en caso de que alguien te escriba buscando “partners”. Tienes la caja de comentarios más abajo por si quieres dejar algún comentario y, por supuesto, siéntete libre de compartir tu experiencia con otros autónomos y diseñadores, si te han tangado de alguna otra forma y quieres que tu testimonio pueda servir de aviso para que otros estén a tiempo de no cagarla. ¡Un abrazo!
